Me han llevado, como decían las abuelas, de "HERODES A PILATOS", y a la inversa. Lo he tomado con mucha tranquilidad,
generando bienestar para mi esposo que siempre me acompaña tan dulcemente, y
también para mí. He consumido ya una semana tratando de resolver todo tipo de
asuntos relacionados con mi servicio de telefonía móvil, hasta ahora sin
resultados. Imagino que a ti también te ha pasado porque tú también tienes un celular.
Me pongo en modo de reflexión mientras espero, una vez más, a
que me atiendan. Recuerdo que hace unos meses tuve una situación similar. Me correspondió
una asesora muy amable que al final de cuentas, estoy segura, sin mala
intención, me metió en un gran lío. Al fin, después de realizar mil gestiones
durante varios días, pude resolverlo de la mejor manera posible.
Te cuento ahora otro impase que me lleva a concluir que me
enamoré de la misma piedra, que no aprendí la lección de vida. Volví a
tener otra situación que resolver, elegí acudir de nuevo, equivocadamente, a la
misma asesora.
¿Te ha pasado que te preguntas ¿por qué siempre me pasa lo
mismo? ¿Por qué a mí, siempre a mí?
Nada de eso es así, es lo que me contesto en cada ocasión que
me hago esas preguntas. Se vive la vida como en el colegio o la escuela. Cuando
perdemos un grado o una asignatura, entonces a REPETIR se dijo.
Nos enamoramos de las mismas piedras, hasta que
decidimos avanzar en nuestra evolución. Cuando superamos una situación, y aprendemos
la lección que la vida nos está regalando, podemos pasar al otro grado o cursar
la otra materia. Nadie quiere repetir, pero en esta existencia es menester
hacerlo hasta que logremos pasar al nivel siguiente, una vez hayamos aprendido
la lección para continuar avanzando.
¿Te estarás preguntando ¿y al fin que pasó? Acudí a un asesor
diferente y, de manera rápida y asombrosa, actuando con diligencia y experticia
consiguió enrutar las soluciones y corregir las fallas. Para mi alegría,
reconoció también mi serenidad y buena actitud ante los tropiezos que viví en la
búsqueda de soluciones a mi problema.
Me sentí muy satisfecha de verme en todo ese proceso como
una espectadora más que como protagonista, con la mejor disposición de gestionar,
solucionar y aceptar, sin sentirme afectada emocionalmente y, además, feliz de
haber comprendido la lección que la vida me regaló a manos llenas.
Ahora el RETO que te propongo es: Primero. Acepta lo que te
está sucediendo con la mayor tranquilidad posible. Segundo. Toma acción y
resuelve de manera contundente todo lo que te acontezca evitando posponer.
Tercero. Sal de ti por unos momentos y mírate sin juicios, quejas o críticas, y
revisa qué te está enseñando la situación que estás viviendo. Cuarto. Agradece
la oportunidad que has tenido de pasar esta asignatura, así como la forma
positiva como contribuyes a que se resuelvan las dificultades. Celebra en
grande, estás avanzando en tu evolución y creciendo en felicidad y paz interior
Con amor,
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