lunes, 25 de septiembre de 2023

ENAMORADOS DE LA MISMA PIEDRA

 



         Te cuento que hoy ha sido otro día de trámites, de esos que generalmente llenan de estrés al ser humano.

        Me han llevado, como decían las abuelas, de "HERODES A PILATOS", y a la inversa. Lo he tomado con mucha tranquilidad, generando bienestar para mi esposo que siempre me acompaña tan dulcemente, y también para mí. He consumido ya una semana tratando de resolver todo tipo de asuntos relacionados con mi servicio de telefonía móvil, hasta ahora sin resultados. Imagino que a ti también te ha pasado porque tú también tienes un celular.

        Me pongo en modo de reflexión mientras espero, una vez más, a que me atiendan. Recuerdo que hace unos meses tuve una situación similar. Me correspondió una asesora muy amable que al final de cuentas, estoy segura, sin mala intención, me metió en un gran lío. Al fin, después de realizar mil gestiones durante varios días, pude resolverlo de la mejor manera posible.

        Te cuento ahora otro impase que me lleva a concluir que me enamoré de la misma piedra, que no aprendí la lección de vida. Volví a tener otra situación que resolver, elegí acudir de nuevo, equivocadamente, a la misma asesora.

        ¿Te ha pasado que te preguntas ¿por qué siempre me pasa lo mismo?  ¿Por qué a mí, siempre a mí?

        Nada de eso es así, es lo que me contesto en cada ocasión que me hago esas preguntas. Se vive la vida como en el colegio o la escuela. Cuando perdemos un grado o una asignatura, entonces a REPETIR se dijo.

        Nos enamoramos de las mismas piedras, hasta que decidimos avanzar en nuestra evolución. Cuando superamos una situación, y aprendemos la lección que la vida nos está regalando, podemos pasar al otro grado o cursar la otra materia. Nadie quiere repetir, pero en esta existencia es menester hacerlo hasta que logremos pasar al nivel siguiente, una vez hayamos aprendido la lección para continuar avanzando.

        ¿Te estarás preguntando ¿y al fin que pasó? Acudí a un asesor diferente y, de manera rápida y asombrosa, actuando con diligencia y experticia consiguió enrutar las soluciones y corregir las fallas. Para mi alegría, reconoció también mi serenidad y buena actitud ante los tropiezos que viví en la búsqueda de soluciones a mi problema.

        Me sentí muy satisfecha de verme en todo ese proceso como una espectadora más que como protagonista, con la mejor disposición de gestionar, solucionar y aceptar, sin sentirme afectada emocionalmente y, además, feliz de haber comprendido la lección que la vida me regaló a manos llenas.

        Ahora el RETO que te propongo es: Primero. Acepta lo que te está sucediendo con la mayor tranquilidad posible. Segundo. Toma acción y resuelve de manera contundente todo lo que te acontezca evitando posponer. Tercero. Sal de ti por unos momentos y mírate sin juicios, quejas o críticas, y revisa qué te está enseñando la situación que estás viviendo. Cuarto. Agradece la oportunidad que has tenido de pasar esta asignatura, así como la forma positiva como contribuyes a que se resuelvan las dificultades. Celebra en grande, estás avanzando en tu evolución y creciendo en felicidad y paz interior

 

Con amor,








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