lunes, 29 de enero de 2024

EL QUE NO SABE ES COMO EL QUE NO VE


 



Días antes de culminar nuestro asombroso viaje por Islandia, el país nos regaló lo que faltaba en cuestión de experiencias climáticas, así que llegando de nuevo a la capital Reikiavik, después de hacer el CÍRCULO DORADO, es decir la vuelta completa alrededor de la isla, nos vimos en medio de una gran nube negra, teníamos por lo menos 1 grado de temperatura, y vientos fuertes hasta de 35 km/h con lluvias pertinaces, todo confabulado para convertir en un gran reto nuestro penúltimo día en el país.

Fuimos a almorzar y a resguardarnos del frío. La mayoría pensó en no ir a los acantilados, yo era una de ellas. No me imaginaba bajando por un acantilado en tales condiciones climáticas. Estábamos más motivados por ir a ver las focas.

 Nos desplazamos hacia el bus y a los pocos minutos escampó. El guía completó el cuadro favorable, brindándonos una completa y cautivadora información sobre el lugar original a visitar. Con estos dos factores jugando a nuestro favor, cambiamos nuestra decisión y nos animamos a ir a conocerlo, dispuestos a recibir una sorpresa más. Una belleza de acantilado nos esperaba, había dos miradores para disfrutar de espectaculares vistas, así que nos tomamos las fotos en paisajes que ya había visto en documentales de YouTube y que jamás imaginé ver en la realidad. 

Más adelante, sin embargo, tuvimos también la oportunidad de ver la danza de las focas, las que nos dieron una festiva bienvenida y nos alegraron con sus divertidos movimientos en el agua. 

  Mientras continuábamos el viaje, estas experiencias me llevaron a pensar sobre la cantidad de conflictos que podríamos evitar si sólo escucháramos con atención a ese otro tan importante para nosotros, pero a veces tan desatendido. Cuántas veces te has visto tú, y me he visto yo, diciendo: “Yo ya te lo había dicho…” Este tipo de expresiones, unidas al sentimiento que produce el no ser tenidos en cuenta, produce deterioro en las relaciones. Un deterioro que sería fácil de sobrepasar y transformar en la alegría si pudiéramos contar para el otro, y que el otro cuente realmente para nosotros. 

En un artículo anterior compartía la importancia de recibir, como si fuera un regalo, la información que el otro tiene. Y la respuesta asertiva que damos como otro regalo, para finalmente convertirla en una fiesta de regalos en la que todos nos sentimos felices y realizados en una COMÚN UNIÓN

Tal vez, si hoy decidiéramos conceder toda la importancia al otro, y a lo que tiene para decirnos, pasaría como me sucedió a mí en los acantilados, recibiríamos sorpresas insospechadas que el otro, o la vida, tiene para obsequiarnos, haciendo posibles estos significativos acontecimientos en nuestra vida. 

Lo que te propongo y que me animo a proponerme a mí misma es: Primero: Recibe toda la información que te están obsequiando, impidiendo que el ego, queriendo tener siempre la razón, la rechace. Segundo: Evalúa el mensaje que te dan y quédate con lo mejor de él, con aquello que te signifique más valor y sentido y, por último, agradece el aporte recibido tanto de quien te la regaló, como de la vida misma, por hacer más grande tu verdad. 

Al final de cuentas somos la suma de verdades de todas las personas que han llegado a tocar nuestra vida, entonces escuchémoslas y recibámoslas con atención y gratitud. 

Con Amor,



 






NOTAS QUE PUEDEN SER DE TU INTERÉS:

Si quieres conocer acerca de  TE ESCUCHAMOS da clic a este enlace. Y si te interesa conectarte conmigo e iniciar una CONSEJERÍA PARA RESOLVER  UNA SITUACIÓN PERSONAL O FAMILIAR, escríbeme por el Whatsapp 3142116160, estaré feliz de compartir contigo. 

Si deseas navegar por nuestro blog y tener acceso a todos nuestros artículos da clic en este enlace BLOGYOLANDAFRANCO.

PASAR A LA OTRA ORILLA

  Aquí entre nos, quiero compartirte una de las reflexiones más hermosas que he tenido en épocas recientes de mi vida.          Antes, hac...