sábado, 3 de abril de 2021

SEMBRANDO Y COSECHANDO PARA LOS DEMÁS

 



    Cuando hemos sembrado lo mejor de lo mejor en ti y en mi, en nuestros  pensamientos, en nuestro corazón, vamos a generar, con certeza, una cosecha abundante con frutos dulces y jugosos que tienen en su interior también semillas de grandeza, al ofrecerlas a todos nuestros  próximos, en principio a todos aquellos que amamos y luego a todos los que se acercan a nuestra vida como una DIOSIDENCIA, y al ellos tomarlas y sembrarlas con confianza en su mente y en su corazón, entonces estaremos generando muy posiblemente un gran bosque, de una manera mágica y milagrosa.

    Cuando hablamos de colocar nuestras mejores semillas en los demás, recuerdo con mucha alegría la PARÁBOLA DEL SEMBRADOR de nuestro MAESTRO JESUS, a mi me ha enseñado mucho,  me ha permitido aprender a dejar a un lado poco a poco las expectativas sobre las otras personas,  también comprender que cada quién posee un terreno diferente, unos más fértiles que otros y  que cada uno de nosotros, sólo debe ser una sembrador de lo mejor, si la semilla que entregamos cae en terreno fértil, maravilloso;  si cae en terreno infértil, o dónde hay cizañas o donde se la lleven los pájaros, también maravilloso, eso si, si  comprendemos, que el sólo hecho de dar lo mejor de nosotros, hace que Dios, el Universo y la vida misma, se encarguen de regresarnos multiplicado todo aquello que estamos dando. Siempre y cuando lo hagamos sin esperar nada a cambio y dando sólo por el placer de dar.

    Ahora reflexionemos un poco en esas semillas de grandeza que siempre debemos cuidar. Cuando tenemos en nuestro corazón agradecimiento damos a los demás, satisfacción, confianza, reconocimiento, autoestima y mucha alegría. Si tenemos semillas de amor, regalamos a los demás; ternura, comprensión, felicidad, aceptación, apoyo y mucho más. Si estamos plenos de paz obsequiamos  consideración, paciencia, respeto, valoración y más. Ante toda esta maravilla que estamos en capacidad de ofrecer, vale que hagamos un gran esfuerzo día a día por regar y fertilizar el terreno de nuestra mente y de nuestro corazón, para que esas semillas tan valiosas sigan fortaleciéndose y aún en medio de situaciones y retos que de todas maneras la vida nos coloca, las semillas se conserven más vivas que nunca y den las cosechas abundantes que tu y yo anhelamos.

    Ahora la verdad como dirían nuestras abuelas, todo  no puede ser color de rosa y en medio del prisma de matices y colores que nos regala la cotidianidad, nos vamos dejando afectar muchas veces de manera negativa, ello hace parte de nuestra humanidad, entonces nos  corresponde reparar nuestro terreno lo más rápido posible y precisamente debemos hacerlo  con todo lo que ya tenemos  sembrado, más de lo mismo mejor siempre será la mejor solución. Cuando estamos cuidando intencionalmente nuestra mente, estamos haciendo nuestro cambio y este  genera el cambio en el otro sin que lo estemos pretendiendo, sólo será  un resultado de la siembra que estemos haciendo en nosotros, y será parte, luego, de la cosecha abundante y dulce que comenzaremos a recibir y que tal vez pronto muchos que estén listos también para hacer su siembra de manera consciente recibirán con abundancia lo que la vida les tiene reservado.  Entonces seremos una gran comunidad de sembradores de lo mejor en las personas próximas, nuestros padres, pareja, hijos, nietos , hermanos, familia en general, amigos, compañeros, vecinos, conocidos y también desconocidos.

    Si te gustó esta reflexión, te invito a que la compartas con otros y me dejes tus comentarios en alguna de mis redes sociales, serán de mucho valor para mi y otra forma de sembrar; para que juntos sigamos transformándonos y construyendo un mundo mejor.


YOLANDA FRANCO 
Entrenadora de Vida
EN ALIANZA CON COMUNIDAD GLOBAL

PROGRAMA DE TRANSFORMACIÓN DESDE EL AMOR Y LA GRATITUD 
AUDIO 2/5A. TEMPORADA

Puedes encontrar todo el programa completo en: 

PASAR A LA OTRA ORILLA

  Aquí entre nos, quiero compartirte una de las reflexiones más hermosas que he tenido en épocas recientes de mi vida.          Antes, hac...