¿Qué pensarás en estos momentos sobre el título de esta reflexión? ¿será que Yolanda cambió de oficio y ahora se está dedicando a vender ollas pitadoras? ¿será que le va mejor así?
Río de pensar en la sonrisa que aparece en tu rostro, y me
lleno de esperanza también de pensar “que me vas a comprar” esta lección de
vida que te comparto, y que podría ser definitiva para que alcances con los
tuyos un mayor bienestar emocional, y con ello más paz interior y felicidad.
La mayoría de los conflictos que vivimos en nuestra vida, al
igual que las enfermedades que padecemos tienen su raíz, su causa primaria, en
las emociones experimentadas a través de las diversas experiencias de la vida y
que no se han identificado y menos gestionado.
Recuerdo mucho a René un gran amigo y compañero de proyectos,
un gran orador, psicólogo y artista, ahora coach, es decir una persona
con un gran conocimiento de la vida, referirse a Descartes. Sé que tú también
has escuchado de él, por lo menos en el bachillerato.
Descartes dijo “Pienso luego existo”. Se le pasó por alto
decir que “también sentimos”. Así que la humanidad dejó de lado, y tal vez
guardadas en el cuarto de San Alejo o cuarto de los chécheres, las emociones.
Corrió mucha agua debajo del puente para todos en el trasegar
de nuestra existencia, y luego vino la tan inesperada pandemia. No estábamos
preparados para un suceso de esta magnitud ni para los efectos que podría
generar. Allí, en medio del aislamiento obligado, los miedos por todo lo que se
veía venir, por las realidades que se vivieron en familia y que tuvieron que
ver con la enfermedad, la incertidumbre económica y los conflictos familiares,
hicieron explosionar las emociones guardadas de unos y de otros. Ahora más que
nunca en post pandemia se habla de la necesidad de la SALUD MENTAL Y EMOCIONAL.
Para poder comprender a título personal, y mucho mejor este
tema de las emociones, su identificación y gestión, me ha llegado esta imagen
que te comparto: la de LA OLLA A PRESIÓN.
Imagino que tú como yo, en algún momento de la vida, hemos
conocido el caso de la tapa de ‘la olla a presión’ que “voló al zarzo”, como
decían las abuelas, o volar al techo como le llamamos ahora.
Ellas, las emociones aflictivas o negativas, una vez que las
generamos se van acumulando si no las gestionamos. A veces dejamos pasar un
hecho que nos produce malestar, le quitamos importancia a lo que sentimos, y
luego vienen las afecciones mayores que nos hacen daño a nosotros mismos y
también a todos los que amamos, incluso, y muchas veces, a aquellos con los que
no tenemos relación, convirtiéndonos sin darnos cuenta, en el detonador de una
explosión emocional en otras personas.
EL RETO que te propongo para esta semana, y ojalá para el
resto de la vida, es: PRIMERO, identifica lo que sientes físicamente cuando
aparecen las situaciones que te indisponen, y comprende que aquello es causado
por la falta de aceptación. SEGUNDO: Revisa por qué no lo aceptas. Podría ser
que estás aferrado a una posición personal. Revisarlo te dará un APRENDIZAJE.
Ahora, si lo que está sucediendo es inaceptable para ti, debes COMPRENDER que
el otro también tiene su propia ‘olla a presión’. TERCERO: Define que la
situación difícil que estás viviendo, al final de cuentas, es una LECCIÓN DE
VIDA, que esa situación de conflicto sólo te está mostrando el camino para
continuar tu evolución, porque te está permitiendo identificar las áreas que puedes mejorar. Y AGRADECE la oportunidad que la vida te regala para
seguir CRECIENDO.
Transformemos de manera consciente nuestras emociones
aflictivas en oportunidades para sanar; en posibilidades para sentirnos gratificados
por la lección de vida que estamos interiorizando y, ante todo, en un medio que
nos facilite vivir con la alegría de estar viviendo en evolución. “Hoy mejor
que ayer y menos que mañana”.
Con Amor,
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