Aquí entre nos, te quiero compartir el aprendizaje que recordé de hace
muchos años atrás, mientras desayunábamos con mi querido esposo. A mi amor le
llegó al alma esta reflexión, espero que a ti también.
EL CAMINO DE LA VIDA, fue el título que pensé en esos momentos para esta
reflexión y ahora quiero llamarlo igual.
Tú y yo nacimos solos, es cierto, que mamá y papá hicieron su parte, sin embargo, el alumbramiento es una tarea individual de cada ser. Así es también en el momento de la partida final. En resumen, nacemos solos y morimos solos. Sin embargo, hay un gran regalo que la vida nos brinda en ese camino maravilloso al cual tenemos la oportunidad de acceder. Ella, la vida, sabe que vinimos a evolucionar y que solos no podemos lograrlo, así que nos coloca durante todo el trasegar una serie inesperada de personas. Te invito a que te veas en una carroza avanzando por ese camino, a lado y lado siempre hay personas, las más cercanas, nuestra pareja, familia, amigos, y los menos cercanos, compañeros, conocidos y desconocidos. Cada uno de ellos tiene poco o mucho para darte. Lo que sí es cierto es que tienen en sus manos bendiciones o lecciones de vida.
Para ti y para mi recibir bendiciones es muy grato, los reconocimientos, los apoyos, las palabras afectuosas y también las empoderantes. Lo que se hace difícil es recibir las lecciones, ese acto que nos molesta, una palabra descortés o desobligante, un gesto descalificador. Ese otro llámalo como quieras, te da de lo que tiene y es nuestra tarea de crecimiento y transformación identificar, sin juzgar ni criticar, ni quejarte, lo que te están entregando, y en un acto inmenso de amor por ti y por el otro, darle la vuelta y extraer el aprendizaje que la vida te está regalando a través de ese otro, TU MAESTRO.
Difícil, puede serlo, es más
fácil enojarse con el otro y juzgarlo. Recordemos además que somos los DEMÁS DE
LOS DEMÁS, como lo dice Alberto Cortes en su conocida canción.
EL RETO que te propongo es: Primero decidir asumir al otro como “tu
maestro”, eso significará que te hayas puesto en modo de APRENDIZ en tu vida.
Segundo: Regálate y regálale al otro una mirada dulce, comprensiva y compasiva,
quien sabe si tú también la necesites en cualquier momento y tercero: Identifica
la lección que te está regalando la vida a través de ese tú MAESTRO y agradece,
agradece, agradece, la grandiosa oportunidad que tienes de evolucionar y de
seguir aprendiendo y también colma de bendiciones de amor y mucha luz a aquel
de quién estás aprendiendo.
AMAR es un verbo y tal vez el más grande e importante de todos los
verbos, así que es necesario ponernos en ACCIÓN CONSCIENTE y AMAR de verdad.
Nuestro mundo lo está pidiendo a gritos.
Con amor.
YOLANDA FRANCO
Entrenadora de Vida
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